En los últimos años la movilidad se ha convertido en centro de atención, no solo para las administraciones o la industria del automóvil, como hasta ahora, sino también para las empresas tecnológicas, las starts-ups, los proveedores de servicios de telefonía y las industrias de la energía, entre otros. Todos configuran un ecosistema complejo que avanza a gran velocidad con la expansión del vehículo eléctrico, el vehículo sin conductor y el conectado, dentro de un sistema compartido, intermodal y respetuoso con el medio ambiente.

Esta es, o será muy pronto, la realidad de muchas de las ciudades del primer mundo, un modelo que se irá extendiendo con sus particularidades en todos los territorios. Hoy estamos atentos y analizamos lo que pasa en Barcelona, ​​en Cataluña y en España, observamos detalladamente cómo evolucionan las ciudades punteras en Europa y analizamos más allá de nuestro continente las tendencias que se van abriendo camino en todo el mundo.

En este entorno, tenemos ante nosotros retos y oportunidades que debemos saber detectar y aprovechar para mejorar la vida de los ciudadanos pero, como sucede en toda transformación, también se nos plantean incógnitas y riesgos que hace falta poner de relieve y resolver.

El RACC afronta esta gran transformación con el objetivo de convertirse en un Club de Servicios a la Movilidad, para estar junto a las personas ofreciéndoles soluciones que se adapten a sus nuevas necesidades, que aprovechen al máximo las ventajas que nos brindan las nuevas tecnologías, garantizando su seguridad y sus derechos.

En nuestro Club trabajamos para que esta nueva manera de movernos sea segura para todos, para los que van a pie, los que circulan en bicicleta, en coche, en moto o en transporte público, y lo hacemos desde el respeto, pero también desde de la exigencia a las administraciones para que diseñen y mantengan infraestructuras seguras, cómodas e inteligentes. Asimismo, impulsamos medidas que garanticen un modo de desplazarnos más saludable, promoviendo vehículos más limpios, un uso de éstos más racional y combinado con otros sistemas de transporte, para mejorar la calidad del aire que todos respiramos.

Y lo hacemos con un único afán, el de mejorar la movilidad, analizando los hechos, extrayendo conclusiones y haciendo propuestas que hemos comunicado y elevado a las administraciones para que las medidas que se tomen tengan en cuenta a los ciudadanos y sean las mejores posibles en cada caso. Sabemos que en algunas ocasiones nuestros estudios y nuestras propuestas han influido en las decisiones tomadas; en otras, será necesario insistir. En el RACC continuaremos trabajando, con rigor, tenacidad y exigencia, porque es el único modo de transformar la realidad y conseguir una sociedad mejor para todos.

Josep Mateu
Presidente del RACC